AQUI TENGO UNA COPA
(José Martí)
Aquí tengo una copa magnifica labrada
por un noble maestro famoso de Francia.
¿,Quién quiere mi copa?
No hay tal en Europa
Ni la tienen los shahs esmaltados de Asia
Ni los negus sublimes la tienen en Africa
Una noche el maestro famoso cansado
se durmió en su ventana tendida la mano
Sintió como un beso:
Notó como un peso,
Y en todo su cuerpo la sombra de un ala,
y en las manos adelgazadas y luminosas
Unas joyas no vistas.
Se la he dado a los hombres: qué
efectos tan singulares produce mi
copa. A unos los envenena, como
el café puro a la gente estragada.
A otros los saca de sí y les
hace subir el color al rostro, y
los pone lívidos, y parece cuando
beben de mi vino, que se les pintan
en el rostro garduñas, hurtos, almas
que imploran, doncellas que piden
su doncellez, niños que piden su padre.
La fama de mi vino ha
corrido, y nadie quiere vino de mi copa.
Las mujeres: Todas, todas,
curiosas presumidas, se acercan,
atraídas por el brillo. Todas creen que
pueden beber.
¡Ay! yo también lo creí:
pero miradme, miradme, ahora.
¿No tengo en los ojos, y en todo mi
rostro, el aspecto de un campo
que acaba de ser regado por
las lluvias y devastado por
los vientos de la tormenta?
¡Ay! las mujeres han bebido,- y
se han ido; pero cada una me ha robado una piedra preciosa.
Y aquí estoy, en mitad del camino.
Ya me voy a morir. Todavía
hay aquí joyas para muchos ladrones: ¿quién quiere mi copa?
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