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Quito; Bernal; Córdoba, Tunuyán; Barcelona; etc. (y todo otro lugar del mundo donde existan buenos vinos), Buenos Aires (Pcia. y Ciudad Autónoma); Córdoba (Argentina); Pichincha (Ecuador); Tunuyán (Mendoza);, Argentina
y además de enólogos, también al mismo tiempo psicologos, sommeliers, geólogos, licenciados y técnicos, de Argentina repartidos en el mundo

martes, 16 de abril de 2013

De las aguas, envasadas, minerales y mineralizadas


En nuestro país, anualmente se producen aproximadamente 900 millones de litros anuales. El gran crecimiento registrado a partir de la década de los 90 se relaciona con la expansión de la demanda interna, fundamentalmente como consecuencia de los cambios en los hábitos de consumo de la población, que tienden a buscar una vida más sana, natural y equilibrada.

Hasta 1998 la tasa anual de crecimiento del mercado fue de un 13%, desacelerándose primero y retrayéndose bruscamente hacia fines del 2001, para volver a tomar una tendencia creciente a partir del 2003 que se mantuvo hasta el 2008. A partir de ese año el crecimiento del mercado fue mucho más moderado, de un 5%,  pero constante. 

El mercado esta compuesto por dos productos diferentes en cuanto a la forma de extracción y normativas; estas son el Agua Mineral Natural y el Agua Mineralizada Artificialmente, pero desde el punto de vista del consumidor, se trata de productos de similares características, que muchas veces confunde ambos tipos de aguas.

En los últimos años, varias empresas productoras y distribuidoras de bebidas gaseosas han ampliado sus líneas de producción para aumentar sus ventas y así aumentar su participación en el mercado del agua mineral.

La excelente calidad del producto nacional, y el encarecimiento por flete de los productos extranjeros, mayoritariamente europeos. hace que tanto las importaciones como las exportaciones de agua mineral son insignificantes respecto de la producción doméstica. Lo importado corresponde a productos de alto valor agregado, con excelente presentación, y que ocupan un pequeño segmento del mercado, debido a su alto costo respecto de las marcas locales (Evian, Perrier, San Pellegrino, Acqua Panna, etc.).

El consumo promedio nacional de aguas envasadas es de 20 litros por persona y por año, muy inferior al de otros países, como Francia, con 112 lts./hab/año y Alemania, con 74 lts./hab/año. Los EE.UU. con 35 lts./hab/año presenta menor demanda debido al alto consumo de jugos y gaseosas, y al excelente sistema de distribución de agua potable de red. El Brasil el consumo supera los 26 litros anuales, bastante por debajo de los 36 de Uruguay, en tanto que en Chile no llega a los 8 litros

El 70% del consumo nacional se concentra en la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, representado básicamente por consumidores de ingresos medios y altos.

En la ciudad de Buenos Aires el consumo por habitante es algo mayor a los 40 litros, en el conurbano alcanza los 21 litros, mientras que en el resto de la provincia de Bs.As. sólo se consumen 11 litros. En el resto del país el consumo es aún menor, registrándose los valores más bajos en la Patagonia sur.

Se dan casos puntuales como el de Venado Tuerto, donde el consumo de agua envasada supera los 70 litros persona año, debido a que el agua de red de la zona, obtenida por perforaciones, presenta niveles de arsénico elevados, próximos al límite máximo recomendado.

En las últimas décadas, el aumento de la demanda de aguas minerales en se debió a varios factores: la estabilidad económica que favoreció el incremento del consumo (es un producto de alta elasticidad ingreso/demanda), la aparición del cólera en América Latina y los cambios en los hábitos de consumo ayudados por fuertes campañas publicitarias de parte de las empresas que se disputan el mercado.

Si bien la demanda cae en invierno, el agua mineral es el producto de mayor estabilidad estacional de consumo con respecto al resto de bebidas sin alcohol.
 
 

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