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Quito; Bernal; Córdoba, Tunuyán; Barcelona; etc. (y todo otro lugar del mundo donde existan buenos vinos), Buenos Aires (Pcia. y Ciudad Autónoma); Córdoba (Argentina); Pichincha (Ecuador); Tunuyán (Mendoza);, Argentina
y además de enólogos, también al mismo tiempo psicologos, sommeliers, geólogos, licenciados y técnicos, de Argentina repartidos en el mundo

lunes, 27 de diciembre de 2010

Syrah, 2da. parte


El Syrah en el Mundo


Francia, donde comenzó esta deliciosa historia

Las raíces del cultivo del Syrah están en el norte del Valle del Ródano, entre Hermitage y Côte Rôtie, mientras que en el sur encontramos al Syrah casi siempre mezclado con otras cepas. Fuera del Rhône, la región del Languedoc-Roussillon produce cada vez en mayores cantidades y sobre todo calidades de syrah.

Norte del Rhône: En el norte del valle del Ródano encontramos las apelaciones de origen de Hermitage, Côte Rôtie, Crozes-Hermitage, Cornas y St. Joseph. Allí el Syrah es la única uva tinta permitida en los vinos de color, pero dependiendo de la apelación, se permite el corte con una pequeña cantidad de vino blanco, de variedades reconocidas, a fin de agregar complejidad. Esta sección del valle, posee uno de los climas más continentales de Francia, con inviernos crudos y veranos calurosos, que marcan su impronta los viñedos que allí se cultivan. Los mejores de los cuales fueron implantados en las laderas escarpadas, de rocas graníticas con suelos muy pobres, a fin de maximizar la captación de la luz del sol disponible, y también, dado que están situados en la región más fresca del valle de Rhône, recibir los vientos cálidos que llegan desde el Mediterráneo, y ayudan a completar la maduración de las uvas.

De las apelaciones de origen del norte del Rhône, Hermitage y Côte Rôtie se destacan por su calidad superior. La británica Jancis Robinson, autora entre otros del 'Oxford Wine Companion' y del 'World Atlas of Wine', se refiere a los vinos del Hermitage como la quintaesencia del Syrah. Estos vinos, durante el Siglo XIX fueron utilizados como "medicin del vin" (o vino medicinal) para corregir a los vinos de Burdeos, proporcionándoles estructura, color y fruta en años malos. Los vinos de la apelación de Côte Rôtie (que se traduciría literalmente como “Ribera Asada” en razón de la muy buena exposición al sol que presenta) se jacta de poseer algunos de los vinos más costosos del Rhône. Tanto Hermitage como Côte Rôtie son de muy pequeño tamaño, no llegando a las 200 hectáreas de viñedos en total. Este reducido tamaño y una producción limitada podría explicar porqué la alta calidad del Syrah pasó inadvertida por tanto tiempo.


Sur del Rhône: En comparación a la sección norte, la meridional es de un relieve más plano y su clima manifiesta más influencia del Mar Mediterráneo. Otra diferencia es que aquí la mayoría de los vinos no son varietales, sino cortes. El Grenache es el varietal más extensamente plantado en el área y se lo mezcla generalmente con el Syrah para brindarle longevidad. Otros varietales utilizados para el corte son el Carignane, el Cinsaut y el Mourvèdre. En estos ensambles el Syrah es la espina dorsal y la estructura del vino, a la vez que es el que aporta las complejidades de sabores de frutas y especias.

Las denominaciones de origen del Rhône meridional incluyen a Châteauneuf-du-Pape, Gigondas, Vacqueyras y Côtes-du-Rhône Villages. Esta región es mucho más grande que la sección norte, con casi 40.000 hectáreas de viñedos. Châteauneuf-du-Pape es la región más afamada, no solamente por sus vinos, sino también por su rica historia. Aquí fue donde se instaló en el año 1309 el Papa Clemente V cuando mudó su sede fuera de Roma y los siguientes nueve pontífices siguieron gobernando la Iglesia Católica desde la ciudad de Avignon. Este período atrajo la atención sobre los vinos de la región y potenció el desarrollo de la calidad. En Chateauneuf, el Syrah se puede cortar con hasta otros doce varietales diferentes. La denominación de Côtes-du-Rhône Villages proporciona los vinos relativamente más económicos. Se trata de dieciséis aldeas que se unieron para poner su nombre de apelación de origen en las etiquetas.

Languedoc-Roussillon: Es el área vitivinícola francesa cuna de los vinos más vendidos y también es el área de crecimiento más rápido del país. Aquí el varietal dominante es el Carignane, seguido por el Grenache. Hacia 1997, había 24.800 hectáreas de viñedos implantados con Syrah.



El Syrah en Australia

A este país hay que agradecerle mucho de la popularización del Syrah, o Shiraz como allí se la denomina. Llegó de manos de James Busby, quien lo trajo desde Montpellier, Francia, hacia 1832.

No siempre fueron rosas para el Shiraz en este país. Padeció serias dificultades durante los años '70, ya que la industria vitivinícola australiana prefería al vino blanco, por lo que había poca necesidad de la cepa, que muchas veces se vinificaba en blanco, y muchos viñedos fueron injertados con varietales blancos. Al igual que el Malbec en nuestro país, afortunadamente parte del Shiraz sobrevivió al reinado del vino blanco y hoy es la variedad top de Australia, constituyendo casi la mitad de toda la uva tinta del país. Actualmente, hay 25.300 hectáreas plantadas de Shiraz, constituyendo lejos la uva de vinificación más implantada del país, y que no deja de crecer. Esto plantea algún riesgo, como precisara el periodista americano Stephen Tanzer, en su International Wine Cellar, ya que solo un porcentaje del aumento de la superficie implantada se reserva para las botellas más costosas, mientras que muchos vinos australianos económicos, que desde los inicios de los años ’80 consiguieran la simpatía de los comerciantes por tener una excelente relación precio-calidad, podrían progresivamente perder cuerpo y diluirse, dando vinos sin personalidad.

Australia alberga aproximadamente 30 diferentes regiones vitivinícolas con más de 1.100 bodegas. De estas, casi un 70% por ciento elabora Shiraz.

Seguidamente nombramos a algunos de los distritos vitivinícolas más reconocidos.

Barossa Valley: En el Estado de Australia del Sur, se encuentra el valle de Barossa, una de las más antiguas regiones productoras, que hacia 1930 producía más del 75% del vino australiano, lo que la constituye en el epicentro de la industria vitivinícola de ese país. Muchas de las grandes bodegas australianas tuvieron su origen en el vino de esta región, y en ese aspecto puede compararse a Mendoza en Argentina o al valle central de California, porque además era lejos el principal centro productor de vinos a granel.

Muchas de las vides de Shiraz encontradas en esta región tienen entre 50 y 100 años de edad.

Hunter Valley: Este valle, situado a 130 km. al norte de Sydney, es la región vitivinícola australiana más conocida. Posee muchas bodegas boutique, posadas y pequeños hoteles y restaurantes, que atraen a turistas, principalmente de Sydney, pero su contribución es muy pequeña a la producción de vino del país. El valle tiene un clima anormalmente caliente para la viticultura, pero las temperaturas diurnas son compensadas al atardecer y noche por las refrescantes brisas marinas del Pacífico.

Conocido principalmente por producir vinos blancos, en especial Semillón, también se conoce por elaborar un Shiraz longevo, moderado en taninos, con muchas semejanza a los vinos que salen del valle de Rhône en Francia.

Clare Valley: A solo una hora del famoso Barossa Valley, se encuentra este otro valle, que a diferencia de la producción a granel del valle de Barossa, se caracteriza por elaboraciones más chicas y familiares, a partir de uvas producidas en la misma zona. Si bien este valle es mas conocido por sus intensos Rieslings, el clima continental de esta región es conveniente para el crecimiento de variedades tintas como Shiraz, Cabernet Sauvignon y Malbec. El viejo viñedo de Shiraz da origen a vinos intensos y de aromas más asociados comúnmente a climas más frescos, tales como pimienta blanca, menta y frutos rojos.

Coonawarra y Padthaway: Ambas regiones están sitiadas en el extremo sudeste del estado de Australia del Sur, donde el clima fresco y los suelos de la piedra caliza, conocidos como “terrarossa”, la convierten en la principal región productora de Cabernet Sauvignon. Otras uvas que crecen bien en esta región, incluyendo Shiraz, Chardonnay y Pinot Noir. Coherentemente con lo que produce el área, se lo suele cortar al Syrah con Cabernet Sauvignon, más frecuentemente que en otras zonas de Australia. Padthaway y Coonawarra son ambas importante regiones vitícolas, pero solo posee dos bodegas la primera y unas 20 la segunda, vinificándose fuera del área la mayor parte de la producción.



El Syrah en los Estados Unidos

El Syrah llegó a California, alrededor de 1870, llevada por James H. Drummond, un capitán retirado del ejército británico, que se radicó en Sonoma y comenzó a hacer los vinos que él denominó "Hermitage". Estos vinos eran un corte de Syrah y Marsanne (una variedad blanca también originaria del valle de Rhône). Otros viticultores del norte de California continuaron con la producción de Syrah algunos años después. El mismo Drummond, a fines de los ’80 declaró a sus viñedos de Syrah infectados por filoxera. Esta plaga devastó practicamente todos los viñedos de Sonoma, eliminando prácticamente a la Syrah de California. Después de esta última referencia de Drummond no se vuelve a encontrar ninguna otra a esta variedad, en censos, libros o periódicos, hasta bien pasados los años ’50 del siglo XX.

Simultáneamente, alrededor de 1880, un enfermero francés, el Dr. François Durif en el Valle alpino de Isère, desarrolló una variedad que era una cruza entre la Peloursin y la Syrah. Esta nueva variedad fue llevada unos cuatro años después a California por Charles McKeever (o McIver según otras versiones), quien en la Misión de San José, al este de la Bahía de San Francisco la difundió en la región. Aprovechando que los viñateros del valle de Rhône llamaban "Petite Sirah" a algunos clones del Syrah que presentaban un grano más pequeño, McKeever para poder difundir mejor sus vides las llamó con ese nombre, en vez de usar el correcto: Durif o Duriff . A pesar de la obvia confusión el nombre perduró, y extinguida en la zona la Syrah verdadera por la plaga de Filoxera, su lugar fue ocupado por la Petite Sirah, ya que cuando se empezó a replantar el viñedo californiano, era Petite Syrah, y no Syrah, lo que se implantó. Hacia 1915 no aparece ninguna mención de Syrah "verdadero", si bien una cantidad pequeña continuó existiendo en California, pero que recién reaparece en el mapa vitícola cuando el bodeguero Joseph Phelps descubrió un viñedo pequeño de Syrah puro en una viña de Christian Brothers Winery. Allí Phelps compró aproximadamente 10 toneladas de uva Syrah en 1974, y ese hecho se toma como la fecha de renacimiento del varietal Syrah en los EE.UU.. Hacia el año 2000 ya habían aproximadamente 5.080 hectáreas de esta variedad en California.

Hoy se está experimentando un crecimiento enorme como región productora de Syrah. Hacia 1970 no existía virtualmente un área implantada con Syrah; y en 1990 apenas había 26 hectáreas cultivadas. Pero antes del 2000, ya habían más de 5.000 hactáreas de viñedos de esta variedad, de los cuales más de la mitad ya estaban en producción. Para ese año las regiones más importantes en cuanto a superficie cultivada eran los condados de San Joaquín Valley y Madera/Fresno, ubicados en el Valle Central de California. En la región costera las principales área de producción son los condados de San Luis Obispo/Santa Barbara, los condados de Sonoma/Marin, seguidos por los de Monterey y San Benito.

En cuanto al precio pagado por la uva, los cinco principales condados son, en ese orden, los de Napa, Sonoma/Marin, Mendocino, Solano y Lake. De estos, los dos primeros son además los que registran la mayor implantación de nuevos viñedos de Syrah.

Central Valley: El Valle Central de California, en términos de área implantada, es el mayor productor de uva Syrah del Estado, y también el principal proveedor de vinos a granel. Esta extensa Área Vitícola Americana (AVA) incluye al valle de Sacramento, que produce una cantidad muy pequeña de vino, y el valle de San Joaquín, que tiene las tierras de cultivo más productivas en el mundo. El condado de Madera tiene la mayor área cultivada de Syrah de toda California, tercero detrás de San Joaquín y de Fresno en términos de superficie total implantada con viñedos. Madera no era un área vitícola importante hasta los años 60, en que el área cultivada con viñedos creció casi un 500%, principalmente dedicadas a la producción de vino de mesa.

Clarksburg: Ubicada a lo largo del río de Sacramento, el clima en esta región es dominado por los vientos marítimos que suben desde la bahía de San Francisco. Esta influencia refrescante proporciona una situación óptima para el cultivo de uvas de calidad enológica. En una época se la conocía principalmente por sus Chenin Blanc, y hoy también por sus Syrah y Petite Syrah. Las uvas en esta área, de muy buena calidad, se producen con costos sustancialmente más bajos que los de otras regiones más conocidas, por lo que mucha de ella termina siendo vinificada por bodegas de Napa o Sonoma.

Central Coast: La denominada Costa Central no está muy atrás del Valle Central en lo que a producción se refiere y menos aún en lo que respecta a la calidad. Esta extensa AVA abarca varios condados, incluyendo los de Alameda, Contra Costa, Monterey, San Benito, San Luis Obispo, Santa Clara y Santa Barbara. Algunas sub-AVA que producen notables Syrah son los condados de Chalone, Edna Valley y Paso Robles.

Monterey: Las particulares condiciones de este condado forzaron a los viticultores a buscar, mediante ensayo y error, cepas que se adaptaran mejor a la región. Aunque conocida desde antiguo como un área productora de blancos, Monterey se está convirtiendo en una región destacada en el mundo del Syrah. El Valle de Salinas recibe vientos frescos, al igual que los del valle de Rhône, lo que unido a la proverbial adaptabilidad del Syrah a las más diversas condiciones, lo hace un excelente candidato para esta área. En los años 90, el Monterey se posicionó tercero entre los condados costeros de California, produciendo uvas para los vinos de mesa de calidad, solo superado por los condados de Napa y de Sonoma. Un alto porcentaje son vinificadas fuera del área, ya que solamente hay quince bodegas dentro del condado.

Napa Valley: Este valle, tal vez el más conocido de California, y uno de los mayores productores de vino del mundo, se extiende desde la bahía de San Francisco hasta las laderas del Monte Santa Helena. Con casi 65 km. de largo y en ciertas áreas menos de 2 km. de ancho. Es por definición un AVA, pero también contiene varios sub-AVAs como por ejemplo: Howell Mountain, Mount Veeder, Oakville, Rutherford, Stags Leap y Wild Horse Valley. Por años aclamada por sus Cabernets, está siendo rápidamente reconocido como productor de Syrah de calidad.

Otras Regiones: Fuera de California, otros estados de la Unión están siendo reconocidos por sus Syrah. Mientras que tanto Oregon, como Virginia, Nueva York y Colorado producen algún Syrah, es el estado de Washington quien aparenta tener la mejor posibilidad para el éxito. Los viticultores estaban en un principio renuentes a implantar Syrah en el este de Washington, creyendo que con sus inviernos ásperos mataría a las vides, pero gradualmente la actitud fue cambiando. Según la Comisión del Vino de Washington, el estado de Washington tiene actualmente unas 850 ha. implantadas de Syrah, sobre un total de 11.330 ha.

El crecimiento de variedades del Ródano en el Noroeste de los EE.UU. es evidente, ganando en popularidad y amenazando la preponderancia del Merlot como el más preferido del estado.



El Syrah en Chile

El Syrah tiene una aparición muy reciente en el viñedo chileno. Comienza oficialmente con una Medalla de Oro que gana en un concurso internacional el Errázuriz 1997 Syrah Reserva, a partir de lo cual comenzó a atrapar la atención de los periodistas especializados, de la industria y del público en general.

Se puede decir que sedujo al consumidor habitual de vinos chilenos, acostumbrado a que decir “vino tinto” era sinónimo de Cabernet y Merlot, con un vino intenso en colores, pero con unas notas frutales y taninos dulces que las cepas bordelesas tradicionales no poseían.

El Syrah encontró diversos ambientes, adaptándose notablemente muy bien a todos ellos, desde ambientes moderadamente frescos a otros más calidos, de acuerdo a la cercanía de la influencia moderadora del Pacífico.

A comienzos de los 90 prácticamente no habían viñedos y hacia finales de esa década superaban las 1.500 hectareas. También parece una realidad tímida, ya que el Syrah apenas orilla el 2% del viñedo chileno, pero el crecimiento que se observa en este nuevo siglo es muy prometedor, concentrándose en el valle de Rapel casi dos tercios de la superficie implantada, en tanto que en el Maipo al norte y Curicó/Maule al sur concentran entre los dos 30%. Mucho de su auge se asocia a la fascinación que provoca, al tener colores intensos como el del Cabernet, pero acompañado de una gran intensidad de aromas frutales y especiados, y por sobre todo unos taninos dulces y agradables, diferentes a los de las cepas tradicionales de Chile.



El Syrah en Argentina

Habría llegado a nuestro país en el año 1874, junto con unas cuarenta cepas diferentes que trajo el francés Michel Aimé Pouget. Este agrónomo, contratado por el gobierno de Mendoza por sugerencia de Domingo Faustino Sarmiento, creó la primera escuela de enología del país, y fue el responsable de la llegada a la Argentina de las primeras cepas de calidad enológica, que empezaron a desplazar a las rústicas variedades criollas, descendientes de las arribadas en época de la conquista y de la colonia.

Por su origen se las llamó popularmente “francesas”, y salvo el Cabernet, el Malbec y el Merlot, que se diferenciaron rápidamente, entre las demás existió cierta confusión, por lo que el rastro del Syrah se pierde, aunque se estima que en Mendoza, principalmente en San Rafael, se habría adaptado con facilidad.

Recién reaparece en la década del 60, cuando enólogo Raúl de la Mota, para Finca Flichman, implanta el primer viñedo de Syrah en Barrancas, dpto. de Maipú, desde donde comienza a difundirse en el oasis norte mendocino. Este parral se hizo con plantas que envío desde su viñedo en Villa Atuel el Ing. Ángel Gargiulo, quien tuviera una destacadísima labor en el I.N.T.A., en lo que a variedades de vides se refiere.

Años después, otro notable ingeniero agrónomo, Alberto Alcalde, redacta un valioso compendio de descripciones ampelográficas de las vides cultivadas en Argentina, que ayuda a aclarar el panorama bastante confuso que existía sobre ciertas cepas por esos años. Gracias a este trabajo muchas de esas cepas conocidas genéticamente por muchos viñateros como ”francesas” comienzan a recuperar sus nombres, entre ellas el Syrah. También hay que agradecerle a Alcalde el descubrimiento de varias sinonimias, como era el caso de la variedad conocida con el nombre italiano de Balsamina, que no era otra que el Syrah. Así podríamos decir que el vino que comercializaba en los años ‘70 Bodegas Santa Ana con el nombre de Balsemina, fue sin saberlo, el primer varietal de Syrah envasado en Argentina.

De todos modos no era una variedad importante, ya que en los años 80 apenas se llegaba a las 100 ha. cultivadas, y al comienzo de la siguiente década ya existía una superficie seis veces mayor. Recién promediando los 90 se produce el despegue del Syrah en Argentina, que presenta tal empuje que se transforma en variedad de mayor crecimiento de los últimos años, posicionándose como la cuarta variedad tinta implantada en el país, sólo superada por el Malbec, el Cabernet Sauvignon y la Bonarda, y en el caso de la Provincia de San Juan, donde es la principal cepa de color, se la considera su emblema.

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