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Quito; Bernal; Córdoba, Tunuyán; Barcelona; etc. (y todo otro lugar del mundo donde existan buenos vinos), Buenos Aires (Pcia. y Ciudad Autónoma); Córdoba (Argentina); Pichincha (Ecuador); Tunuyán (Mendoza);, Argentina
y además de enólogos, también al mismo tiempo psicologos, sommeliers, geólogos, licenciados y técnicos, de Argentina repartidos en el mundo

jueves, 21 de marzo de 2013

Pinot Noir : Vulnerable y Seductora



 “Casi dos mil años de historia de sacrificios en el viñedo,  tratando de domesticar a este cepaje indómito junto a la producción de vinos distinguidos y elegantes,  parecen ser mérito suficiente para que el Pinot Noir reclame su sitial entre los tintos más famosos del mundo.”
El gran público cobró conocimiento de ésta variedad después que el filme “Entre copas”, la pusiera en boca de uno de sus protagonistas. Pero el origen  de esta particular uva tinta se remonta al amanecer  de la vitivinicultura Francesa, en la región de Borgoña allá por el siglo II de nuestra era. Su nombre parece hacer referencia a los pinos, pues su racimo imita a estos hermosos árboles que se esparcen por la geografía europea y que frecuentemente, protegen a los viñedos de los vientos helados.
A fines de 1300 Felipe el Atrevido, duque de Borgoña se empeñó en defender su cultivo, ordenando la erradicación de la más tosca y productiva gamay  que había sido implantada con fuerza, después que la peste diezmó la mano de obra en los viñedos franceses. Posteriormente, nobles y religiosos supieron extraer toda la magia escondida en el Pinot y hoy, la misma borgoña que lo vio nacer es partícipe y testigo de la génesis de uno de los tintos más embelezantes de la orbe vitivinícola.
Clima y suelo:
Imagine un paisaje sosegado dónde el tibio sol de la primavera despierta apaciblemente a las vides del letargo invernal, con veranos cálidos pero nunca abrasadores,  con suelos profundos construidos con la paciencia que solo el agua, el viento y las colinas disponen; con otoños e inviernos imprevisibles que amenazan con sus arribos extemporáneos a los brotes tiernos o a los maduros racimos... Este es el paisaje del Pinot Noir, que crece desafiante en las esquinas del universo vitivinícola: Oregon y la Columbia Británica en la  costa oeste de América del norte; Otago Central y Martinborough en Nueva Zelanda, Los parajes más templados de las Frías Alemania, Suiza y Austria; (allí se la conoce como Blauburgunder y Spätburgunder respectivamente) Champagne y Borgoña en Francia, Casablanca en Chile o La Patagonia Argentina parecen ser los habitats dónde el Pinot muestra todas sus virtudes. El mismísimo Ecuador intenta sumarse al mapa del Pinot.Chaupi Estancia en la altura de Yaruquí está obteniendo algunos resultados preliminares alentadores con ésta variedad.
La Expresión del Pinot:
A la vista presenta una elegante capa rubí o granate, poco profunda pero muy luminosa; en nariz seduce con notas frutales de cereza negra, frambuesa, frutillas y pasas, con destellos florales de rosas y flores azules; con frecuencia aparecen recuerdos a pasto cortado, musgo, cuero, trufas y anís. En resumen un festival para la vista y la nariz, que se ven coronados con una boca suave de taninos muy sedosos, intensos, envolventes y con un recuerdo memorable.


Los Caprichos y Vulnerabilidad

Todas las virtudes del Pinot cobran relevancia, habida cuenta de lo difícil  que es su cultivo; la fina piel de sus granos la torna  muy sensible a los hongos por tal razón  se ve afectada de sobremanera por los excesos de humedad. Así mismo  insolaciones y calores muy elevados perjudican su expresión aromática y fineza gustativa, dando lugar a vinos con aromas a frutas recocidas y carentes de acidez. Las dificultades continúan al llegar a la bodega, la escasa pigmentación de los hollejos generan dolores de cabeza a los enólogos. Allí durante la fermentación-maceración se presenta un dilema: Si se prolonga el contacto entre jugos y pieles para obtener más color en el vino, frecuentemente se paga con pérdida de elegancia aromática y taninos más rústicos .De allí que sea fundamental el trabajo en la viña para compensar, cuando se puede, con prácticas culturales (deshojes, raleos, frecuencia de riegos, cosecha oportuna), los cambios en la marcha climática de cada año a los cuales el pinot es muy sensible. La crianza tampoco da descanso, el roble suele engalanar al pinot, otorgando complejidad a su expresión aromática, pero tanta delicadeza en la fruta requiere de máximos cuidados para no opacar el trabajo previo con abusivas notas de madera.
El tiempo es otro aliado cuyo aporte se debe sopesar a la hora de la estiba en la botella, habitualmente bastan unos dos a cinco años para mejorar su perfil, a excepción de algunos grandes y caros borgoñas que pueden evolucionar sin problemas por quince años o más.

La progenie Pinot y sus estilos:
 Entre otros méritos y, merced a los recientes estudios genéticos realizados por la Dra Meredith, se le ha reconocido a este cepaje su ascendencia genealógica sobre variedades clásicas como el Chardonnay, Gamay, Aligoté, Melón y Muscadet .Por otra parte su alta propensión a la mutación genética en el viñedo ha dado lugar, en el curso de la historia, a otros miembros de la familia como el Pinot Gris, también conocida como Pinot Grigio , Rulander o Grauburgunder, que proporciona vinos increíbles en Alsacia y Noreste de Italia, el Pinot Blanc (Weissburgunder) y el Pinot. Meunier.
 De su cruzamiento con el Cinsault (Hermitage) nació un cepaje tinto típico de Sudáfrica: el Pinotage.
Si de estilos de vino hablamos, el espumante más famoso del mundo tiene a dos hermanos y un descendiente como protagonistas. Efectivamente, champagne, es la zona francesa con mayor superficie cultivada de Pinot Noir. Sus uvas vinificadas en blanco (sin contacto con las pieles) son responsables del cuerpo y longevidad del champagne, la Pinot Meunier, también tinta, es el cepaje más abundante de champagne y responsable del carácter frutal y la amplitud de boca; en tanto que su prima lejana, la blanca chardonnay, conocida antiguamente y con fundamento como pinot chardonnay, tiene a su cargo la elegancia, fruta y delicada acidez de esta aristocrática bebida.
Si de vinos tranquilos (sin espuma) se trata, el pinot permite concebir desde delicados rosados, pasando por tintos frutales, sin madera muy fáciles de tomar, hasta los más carnosos pinots californianos o los nuevos, escasos y sorprendentes exponentes de las zonas frías Argentinas (Salentein, Canale, Fin del Mundo) y Chilenas (Morandé, Montes) por nombrar algunos ejemplares factibles de conseguir en el mercado ecuatoriano. Ahora, si desea conocer el Orígen de la reputación de esta cepa hay que pensar en un Domaine de la Romanée Conti o un Domaine Georges Roumier en Chambolle-Musigny, siempre en la afamada Côte de Nuits  borgoñona.
Servicio y Maridaje:
Un vino tan elegante y voluptuoso como el pinot requiere condiciones especiales para aumentar su disfrute; para ello debemos comenzar por seleccionar una copa adecuada, de cáliz amplio y borde ligeramente cerrado que permita descargar el vino en la punta de la lengua, resaltando la fruta y equilibrando la natural acidez del vino. En cuanto a la temperatura de servicio, los ejemplares sin madera, frutales y con acidez viva, pueden refrescarse hasta los 14 grados, en tanto que aquellos más complejos y con crianza en roble puede servirse entre los 15 y 16 grados. Respecto a las comidas para armonizar con el pinot, la condición es que éstas sean delicadas, con condimentos suaves que no opaquen la expresión del vino. Las carnes de pato y faisán armonizan perfecto; el salmón ahumado, el pez espada, las carnes con hierbas, las pastas con salsas suaves y los  quesos semimaduros constituyen excelentes opciones. Si a todo esto le sumamos la compañía de seres queridos, el éxito estará asegurado, el pinot con su magia se encargará del resto.

                               Pablo Héctor Conselmo
                 Enólogo de la Cofradía del Vino de Ecuador 

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