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Quito; Bernal; Córdoba, Tunuyán; Barcelona; etc. (y todo otro lugar del mundo donde existan buenos vinos), Buenos Aires (Pcia. y Ciudad Autónoma); Córdoba (Argentina); Pichincha (Ecuador); Tunuyán (Mendoza);, Argentina
y además de enólogos, también al mismo tiempo psicologos, sommeliers, geólogos, licenciados y técnicos, de Argentina repartidos en el mundo

domingo, 22 de septiembre de 2013

... de enólogos, sommeliers y enófilos: un equipo perfecto. 3° parte

Siguiendo con la metáfora de comparar al vino con un espectáculo, en el cual el enólogo es el guionista y el sommelier el presentador, quedaría por hablar de un tercer personaje,  el espectador, el público ante el cual se monta la función.
 
Es el enófilo, el conocedor de vinos, el que aplaude o abuchea, de pié o cómodamente sentado a la obra de arte. También, aunque no siempre, es el que paga la entrada, y eso le otorga el derecho de exigir. Por eso a enólogos y sommeliers les toca la tarea, a veces ardua,  de satisfacerlos, de sorprenderlos sin defraudar sus expectativas.  
 
 
El Enófilo
Hace un tiempo publicamos una definición de enófilo que diera el periodista brasileño Luiz Groff.  Esa original definición no por ocurrente dejaba de ser muy certera de lo todo lo que implica ser un enófilo, alguien que coloca al vino en un lugar preponderante en su vida, inspirándolo y acompañándolo en cada momentos.


El Enófilo es una persona que ama al vino y su cultura, frecuenta encuentros, ferias y eventos relacionados a esta bebida, toma notas de los vinos que cata y se toma muy en serio, casi hasta la obsesión, la elección de una botella para acompañar una cena u obsequiar a un amigo.

 
No necesariamente tiene formación técnica sobre el tema, pero siempre está ávido de información y datos de los vinos que degusta. Es un crítico, en el buen sentido, de esa bebida, opinando desprejuiciadamente de todo vino que degusta, pues no le pesa la responsabilidad que puede tener el enólogo que lo elaboró o el sommelier que lo recomendó.

El enófilo es un amante de los vinos, terriblemente infiel porque puede tener preferencias, pero siempre está en la alerta en la búsqueda de la variedad, estilo o procedencia que más placer le dé a sus sentidos.

El mundo del  vino es tan apasionante que la cantidad de enófilos crece constantemente y del entusiasmo que despierta surgen grupos de cata, asociaciones y cofradías.
Es ciertamente un estilo de vida, de buena vida.


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